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Anciana mirando su cuidador

Infecciones en enfermos de demencia y personas mayores

Las personas que padecen demencia, como la enfermedad de Alzheimer u otros tipos de demencia, o las personas mayores, pueden tener un mayor riesgo de sufrir infecciones debido a varios factores relacionados con la propia enfermedad y edad.

Una infección se refiere a la invasión y destrucción de microorganismos patógenos, como bacterias, virus, hongos o parásitos, en el cuerpo de un organismo. Estos microorganismos pueden causar daño a la persona y desencadenar una respuesta inflamatoria del sistema inmunológico.

Las infecciones pueden afectar diferentes partes del cuerpo, como el tracto respiratorio, el tracto urinario, el sistema gastrointestinal, la piel o los tejidos internos, dependiendo del tipo de microorganismo involucrado y del área afectada, los síntomas de una infección pueden variar, pero incluyen fiebre, dolor, inflamación, enrojecimiento, secreciones anormales, malestar general y cambios en el funcionamiento normal del organismo.

Las infecciones pueden transmitirse de persona a persona a través del contacto directo con fluidos corporales alcanzados, por vía aérea mediante la inhalación de gotas respiratorias, a través de la ingestión de alimentos o agua contaminada, o mediante la picadura de insectos vectores. El tratamiento de las infecciones generalmente implica el uso de medicamentos antimicrobianos específicos para el microorganismo causante, así como medidas de soporte para aliviar los síntomas y fortalecer el sistema inmunológico.

Causas de infecciones

  • Disminución de la inmunidad: La demencia puede debilitar el sistema inmunológico, lo que hace que los pacientes sean más susceptibles a las infecciones. Esto puede deberse a cambios en el sistema inmunológico relacionado con la enfermedad o a una capacidad reducida para combatir los gérmenes debido a la fragilidad general de la salud.
  • Disminución de la higiene personal: A medida que avanza la demencia, las personas pueden tener dificultades para realizar actividades básicas de cuidado personal, como el baño, el cepillado de dientes o el lavado de manos. Esta falta de higiene adecuada puede aumentar el riesgo de otras infecciones en enfermos de demencia, ya que los gérmenes pueden acumularse en la piel, la boca y partes del cuerpo.
  • Problemas de la deglución: En etapas avanzadas de la demencia, los problemas de la deglución, conocidos como disfagia, son comunes. Esto puede llevar a la aspiración de alimentos o líquidos hacia los pulmones, lo que aumenta el riesgo de infecciones respiratorias, como la neumonía.
  • Cambios en la alimentación: La demencia puede afectar el apetito, el sentido del gusto y la capacidad de reconocer los alimentos. Esto puede llevar a una mala alimentación, falta de ingesta de líquidos adecuada o una dieta desequilibrada. La falta de nutrientes y una alimentación deficiente debilitan el sistema inmunológico y aumentan la susceptibilidad a las infecciones.
  • Movilidad reducida: A medida que progresa la demencia, las personas pueden experimentar una disminución de la movilidad y volverse más sedentarias. La falta de movimiento y la inactividad prolongada pueden debilitar el sistema inmunológico y aumentar el riesgo de infecciones.
  • Cuidado institucional: En algunos casos, las personas con demencia pueden residir en hogares de cuidado especializado o centros residenciales de atención a largo plazo. Estos entornos con un gran número de residentes y personales pueden facilitar la propagación de infecciones, ya que los gérmenes pueden transmitirse fácilmente entre las personas y los objetos compartidos.

Tipos de infecciones

  • Infecciones del tracto respiratorio: Esto incluye infecciones como la neumonía, bronquitis o infecciones del tracto respiratorio superior. La disfagia y la debilidad del sistema inmunológico pueden aumentar el riesgo de aspiración de alimentos o líquidos hacia los pulmones, lo que puede dar lugar a infecciones respiratorias.
  • Infecciones del tracto urinario: Las infecciones del tracto urinario, como la cistitis o la infección renal, son comunes en las personas con demencia. La disminución de la capacidad para controlar la vejiga, la falta de higiene adecuada y la inmovilidad pueden contribuir al desarrollo de estas infecciones.
  • Infecciones de la piel: Las personas con demencia pueden estar más expuestas a infecciones de la piel, como úlceras por presión (escaras), celulitis o infecciones fúngicas. La falta de movilidad, la incontinencia urinaria o fecal y la disminución de la higiene personal pueden predisponer a la piel a la colonización de bacterias o hongos.
  • Infecciones del tracto gastrointestinal: Las infecciones gastrointestinales, como la gastroenteritis o las infecciones por Clostridium difficile, pueden ocurrir en personas con demencia. Estas infecciones pueden estar relacionadas con la ingestión de alimentos o agua contaminada, y la disminución de la higiene personal puede facilitar la propagación de los gérmenes.
  • Infecciones sistémicas: En algunos casos, las infecciones pueden propagarse por todo el cuerpo, causando infecciones sistémicas. Esto puede incluir infecciones del torrente sanguíneo (sepsis) o infecciones del sistema nervioso central, como meningitis.

¿Cómo detectar infecciones en enfermos de demencia y personas mayores?

Detectar infecciones en personas con demencia puede resultar un desafío debido a las dificultades de comunicación y los cambios cognitivos que experimentan. Sin embargo, existen algunas señales y síntomas que pueden indicar la presencia de una infección. Aquí hay algunos puntos clave para tener en cuenta:

  • Observar cambios en el comportamiento: Las infecciones en personas con demencia a menudo pueden manifestarse mediante cambios en el comportamiento. Estos pueden incluir estrés, irritabilidad, confusión repentina, aumento de la agresividad, cambios en el patrón del sueño o empeoramiento de los síntomas cognitivos. Presta atención a cualquier cambio significativo en su estado de ánimo o comportamiento habitual.
  • Monitorear signos físicos: Presta atención a los signos físicos que pueden indicar una infección en una persona con demencia. Algunos de los signos comunes pueden incluir:
    • Fiebre o escalofríos
    • Dolor o malestar, como dolor abdominal, dolor al orinar o dolor en alguna parte del cuerpo
    • Dificultad para respirar o respiración acelerada persistente
    • Cambios en la piel, como enrojecimiento, hinchazón, secreción o lesiones
    • Dolor o sensibilidad en las articulaciones
    • Cambios en los patrones de eliminación, como micción frecuente, urgencia urinaria o cambios en el aspecto de la orina o las heces
  • Observar señales de malestar físico: Las personas con demencia no pueden ser capaces de comunicar directamente que se sienten incómodas o experimentan dolor. Presta atención a las señales no verbales de malestar físico, como inquietud, muecas de dolor, tocarse o señalar áreas específicas del cuerpo. La persona puede presentar dificultad para caminar y mantener el balance, mucho cuidado con las caídas.
  • Consultar al médico: Si observa algún signo o síntoma que pueda indicar una posible infección, es importante buscar atención médica. El médico podrá evaluar adecuadamente la situación y realizar pruebas o exámenes adicionales para confirmar o descartar la presencia de una infección.

¿Cómo mejorar las molestias de las infecciones en personas con demencia y personas mayores en casa?

Si sospechas que una persona con demencia tiene una infección en casa, hay algunas medidas que puedes tomar para ayudar a aliviar las molestias y promover su bienestar. Aquí hay algunas recomendaciones:

  • Proporcionar una atención adecuada: Asegúrese de brindar un cuidado compasivo y atento a la persona con demencia que está experimentando molestias debido a una infección. Algunas sugerencias incluyen:
    • Proporcionar confort físico: Asegúrese de que la persona esté cómoda y bien cuidada. Proporcione ropa limpia y suave, cambie las sábanas periódicamente y asegúrese de que la temperatura de la habitación sea adecuada.
    • Facilitar el descanso adecuado: Asegúrese de que la persona tenga suficiente tiempo para descansar y dormir. Proporcione un entorno tranquilo y confortable para promover un buen descanso.
    • Brindar alivio del dolor: Si la persona experimenta dolor, consulte con el médico sobre las opciones de manejo del dolor adecuado para su condición. Pueden recomendarse analgésicos u otros tratamientos para ayudar a aliviar el malestar.
    • Proporcionar ayuda con las actividades diarias: Durante la infección, la persona puede tener dificultades para realizar las actividades diarias. Ofrece asistencia con tareas como el aseo personal, la alimentación y el uso del baño, según sea necesario.
  • Administre la medicación según las indicaciones: Si se ha recetado medicación, asegúrese de administrarla según las indicaciones del médico. Siga el horario y la dosificación recomendadas y asegúrese de que la persona tome todos los medicamentos recetados.
  • Ofrece apoyo emocional: Las personas con demencia pueden sentirse confundidas, ansiosas o frustradas durante una infección. Brinda apoyo emocional y comprensión, y trata de calmar cualquier angustia que pueda experimentar. Mantén una comunicación tranquila y reconfortante, y ofrece tu presencia tranquilizadora. Puedes utilizar técnicas de relajación, como música suave o actividades calmantes, para ayudar a reducir la ansiedad y promover el bienestar emocional.
    • Mantén un ambiente tranquilo y relajado: Reduce al mínimo las distracciones y el ruido excesivo en el entorno para ayudar a mantener a la persona calmada.
    • Comunícate de manera clara y tranquila: Utiliza un tono de voz suave y claro al hablar. Usa oraciones cortas y simples para facilitar la comprension.
    • Proporcionar físico reconfortante: Un toque suave o un abrazo suave pueden transmitir calma y seguridad a la persona.
    • Realiza actividades relajantes: Participa en actividades tranquilas y relajantes que pueden ayudar a reducir la ansiedad, como escuchar música suave, ver una película calmante o realizar terapias no farmacológicas específicas para personas con demencia.
    • Brinda apoyo y compañía: Estar presente y mostrar empatía puede ser reconfortante para la persona. Ofrece tu compañía y apoyo emocional, incluso si la comunicación verbal es limitada.
  • Asegurar una hidratación adecuada: Es importante que la persona se mantenga hidratada durante la infección. Ofrece líquidos regulares y asegúrese de que esté bebiendo lo suficiente para evitar la deshidratación. Si la persona tiene dificultades para beber líquidos, puede considerar opciones como sorbos pequeños y frecuentes, o ofrecer líquidos en forma de helado o gelatina.
  • Promueve una alimentación saludable: Durante una infección, es fundamental garantizar que la persona reciba una alimentación adecuada para ayudar a fortalecer el sistema inmunológico y promover la curación. Ofrece comidas equilibradas y nutritivas, ricas en frutas, verduras, proteínas y granos enteros. Si la persona tiene dificultades para comer, es posible que necesite adaptaciones en la textura de los alimentos o asesoramiento de un especialista en nutrición.
  • Proporciona un entorno limpio y seguro: Mantén un ambiente limpio y libre de gérmenes para prevenir la propagación de la infección. Lava regularmente las manos con agua y jabón, y asegúrate de que todas las superficies estén limpias y desinfectadas. Utilice técnicas adecuadas de control de infecciones para evitar la transmisión de gérmenes.

¿Cómo evitar las infecciones en personas con demencia y personas mayores?

Para evitar las infecciones en personas con demencia y personas mayores, es importante seguir ciertas medidas preventivas. Aquí tienes algunas recomendaciones:

  • Buena higiene personal: Fomenta y ayuda a mantener una buena higiene personal en la persona con demencia. Asegúrese de que se lave las manos regularmente con agua y jabón, especialmente antes de las comidas y después de usar el baño. Si es necesario, supervisa o ayuda con el baño, asegurándote de limpiar adecuadamente las áreas propensas a infecciones, como el área genital y las nalgas.
  • Mantén un entorno limpio y libre de gérmenes: Mantén una rutina de limpieza regular en el entorno de la persona con demencia. Limpia y desinfecta las superficies con frecuencia, incluyendo mesas, sillas, pomos de las puertas, interruptores de luz y otros objetos de uso común.
  • Fomenta una buena alimentación y nutrición: Una nutrición adecuada puede fortalecer el sistema inmunológico y ayudar a prevenir infecciones. Asegúrese de que la persona con demencia reciba una dieta equilibrada y variada, rica en frutas, verduras, proteínas y granos enteros. Consulta con un profesional de la salud o un nutricionista para obtener recomendaciones específicas para la persona y asegurarte de que reciba los nutrientes necesarios.
  • Promueve una buena hidratación: Asegúrate de que la persona con demencia se mantenga adecuadamente hidratada. Ofrece líquidos regulares y anima a beber agua, jugos naturales y otras bebidas saludables. Si la persona tiene dificultades para beber lo suficiente, considere opciones como sorbos pequeños y frecuentes o la utilización de pajitas.
  • Evita el contacto con personas enfermas: Limita el contacto de la persona con demencia con personas que presentan enfermedades contagiosas, como resfriados, queja u otras infecciones. Pide a los visitantes o cuidadores que se laven las manos antes de interactuar con la persona y evita las visitas si están enfermos.
  • Vacunación: Asegúrese de que la persona con demencia esté al día con sus vacunas. Las vacunas, como la vacuna contra la gripe y la neumonía, pueden ayudar a prevenir infecciones graves.
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