La ducha es uno de los momentos que más conflictos genera entre el cuidador y la persona con alzhéimer u otro tipo de demencia y nos preguntamos cómo duchar a un enfermo de Alzheimer que no quiere. Para detectar por qué la persona no quiere ducharse habría que saber de dónde proviene esa alteración, por ejemplo, puede que le de miedo bañarse porque en vez de plato de ducha tiene que meterse en la bañera y no coordina bien los movimientos, o que solo con la palabra ducha ya se ponga nervioso/a, hay que buscar métodos que eviten ese tipo de alteración. Es muy importante observar a la persona y sobre todo ser muy paciente.
Los cuidadores tienen que tener la habilidad de ceder y saber cómo duchar a un enfermo de alzheimer que no quiere. La persona a cuidar no está en el momento en el que estamos nosotros y no todos los días los pacientes se encuentran igual, con lo cual, no se manejan las situaciones de la misma manera. Si un día el paciente está totalmente inflexible, se puede dejar para el día siguiente, es mejor no forzar las situaciones.
Es muy importante crear rutinas, nosotras siempre aconsejamos que se fije el día de ducha, una o dos veces por semana, y que sean siempre los mismo días, a no ser que se tenga que posponer por algún motivo.
Consejos para facilitar el baño
- Antes del baño se puede realizar una actividad placentera para el paciente, caminar un rato, poner música, tomar una infusión relajante, etc.
- Acompañar pausadamente y de una manera cariñosa hasta el baño. Proponiendo la actividad nunca imponiendo.
- Marcar una hora fija y hacerlo siempre de la misma forma.
- Crear un ambiente agradable, vigilar que el agua y el baño tengan una temperatura adecuada.
- Entablar alguna conversación de su agrado, para su confianza.
- Si aún puede, dejar que se desvista solo/a y dejar intimidad, en el caso de que tengamos que ayudar, hacerlo de manera que no se sienta intimidado/a, comentando en todo momento al paciente lo que estamos haciendo y que colabore en lo posible.
- Adaptar la ayuda a las capacidades que todavía posee, si la persona se ducha solo/a, supervisaremos que lo hace bien, respetando su intimidad dándole la espalda (se puede aprovechar para limpiar el baño).
- No dejarle solo/a en el baño, evitaremos posibles caídas, uso de geles o champús inapropiadamente o frustraciones.
- Mantener la máxima privacidad, tal y como hemos comentado en apartados anteriores, la persona puede sentirse intimidado/a.
- Preparar el material antes de empezar y simplificarlo. Si se va a bañar solo/a, deja solo lo que va a necesitar. No exponga a la persona a tomar decisiones.
- Tomarse tiempo, sin precipitarse y tener mucha paciencia.
- Hablarle a lo largo del aseo, indicándole paso a paso lo que tiene que ir haciendo. Os dejamos un video como ejemplo.
- Cuando no pueda bañarse solo/a, le ayudaremos siguiendo siempre la misma secuencia.
- Darle toda la seguridad necesaria: agarraderas, suelo deslizante, silla, adaptación del baño, etc.
Puede ocurrir en algunos casos, que la persona con demencia prefiera ser asistido por un profesional en vez de que sea un familiar y que estos se pregunten cómo duchar a un enfermo de Alzheimer que no quiere, incluso pueden llegar a ceder si es sugerido por su médico de cabecera
Os dejamos un link para descargar una Guía para familiares de enfermos de Alzheimer. que os puede servir de ayuda para realizar las actividades diarias.
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